Así es, hablando a nivel de aplicaciones basadas en la filosofía Floss, gozamos de libertad en todos los aspectos, y si es así, ¿no es motivo suficiente para optar por ellas?
Desde mi experiencia, como consultor de sistemas de gestión (ERP, CRM), he observado, cómo empresas de un volumen considerable, se han visto comprometidas a la hora de cambiar de herramientas propietarias, llegando incluso, a no poder desprenderse de dichas herramientas, con un impacto indeseable en la empresa.
Las causas principales de cambio de estas herramientas privativas, están basadas principalmente, en los altos costes a los que están obligados los empresarios a desembolsar por mantener dicha aplicación (incluido hardware, si es el caso), con paradas del software para realizar actualizaciones, cambios específicos, resolución de errores, etc. que, pueden llegar a altos tiempos muy considerables, y en algunos casos, también pérdidas económicas notables.
El simple hecho de estar condicionado y sujeto a una empresa como proveedor de servicios, hace que en lugar de que la empresa proveedora esté al servicio del cliente, sea el cliente quien esté al servicio del proveedor. Entendemos que esta dependencia, es sabida de sobra por el proveedor, y éste es consciente de que puede ejercer esa “ventaja” sobre el servicio al cliente*.
Con los modelos Floss, esto ya no ocurre, y una empresa es libre de cambiar de proveedor en cualquier momento ya que posee algo que con software privativo no dispone y es el “código fuente” del programa, tan sólo necesitará alguien que tenga conocimientos del lenguaje y el entorno (base de datos, servidor, etc.) con el que esté desarrollando su aplicación. La ventaja principal, es que la mayoría de aplicaciones Floss, disponen de una comunidad, es decir, miles de usuarios, entre ellos desarrolladores, que la conocen y no debería ser difícil encontrar una empresa que esté dispuesta a trabajar sobre dicho programa.
* No hablo en general, no me gustar generalizar, pero sí es cierto que he vivido algunas experiencias, donde se han producido estos casos, sufridos por clientes reales.
Artículo creado especialmente para @openexpo 2015